Equipo de investigación del Conicet descubre nuevas funciones de una proteína en la retina de vertebrados diurnos

Los resultados sugieren que la enzima Aanat, pieza fundamental en la fase nocturna del reloj biológico, tendría un rol clave en la supervivencia de las neuronas de la retina durante el día. [22.06.2023]

Una investigación desarrollada por Maximiliano Ríos, becario doctoral del Conicet en el Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (Ciquibic, Conicet-UNC) bajo dirección de Mario Guido, investigador del Consejo en el mismo instituto, reveló el efecto de la luz azul sobre la producción, fosforilación y ubicación de la enzima Aanat dentro de las células de la retina, mediante la experimentación con cultivos celulares y explantos de retina de pollo.

Los resultados, publicados en la revista Journal of Pineal Research demuestran por primera vez la relocalización de la Aanat hacia el interior del núcleo de las neuronas de la retina, producida por la exposición a la luz. Además, evidencian el importante rol de esta enzima en la regulación de la viabilidad celular y del estrés oxidativo.

La melatonina es una hormona que juega un papel importante en el sueño. La producción y liberación de melatonina en el cerebro -específicamente en la glándula pineal- está regulada por una enzima denominada Aanat (siglas de Arilalquilamina N-Acetiltransferasa). Esta proteína tiene la particularidad de expresarse de forma rítmica: cuando llega la noche y está oscuro, la enzima se expresa y se activa (mediante un proceso llamado fosforilación), produciendo N-acetilserotonina que luego es convertida en melatonina por una última enzima, completando el ciclo.

“En el laboratorio estudiamos cómo influye la luz azul, proveniente principalmente de las pantallas a las que estamos cada vez más expuestos, en los mecanismos de regulación de la síntesis de melatonina. Usamos la retina de pollo como modelo de estudio porque es excelente para extrapolar lo que allí se observa a otros vertebrados diurnos, como los seres humanos, a diferencia de los modelos tradicionales con ratas y ratones, que son animales nocturnos”, comenta Ríos.

“La retina es un tejido que se organiza en capas, como una torta milhojas. La capa fotorreceptora, formada por conos y bastones, se dedica a la formación de imágenes. Opuesto a lo que uno cree, los fotorreceptores son los últimos en recibir la luz. Luego sigue la capa nuclear interna, formada por neuronas e interneuronas, además de células gliales. Estas células conectan a los fotorreceptores con la siguiente capa. Finalmente, encontramos la capa de células ganglionares, que es la primera que recibe la luz”, explica Guido.

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