Reconstruyen el cráneo y los hábitos alimenticios de un pequeño dinosaurio patagónico

Especialistas del Conicet, en colaboración con colegas del Reino Unido y de Alemania describieron en detalle el cráneo de Manidens condorensis, un heterodontosáurido que vivió hace 170 millones de años en la actual provincia de Chubut. [04.05.2023]

Mediante micro-tomografías computadas y reconstrucción digital 3D de restos fósiles de Manidens condorensis, especialistas en paleontología del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) elaboraron una de las descripciones más completas realizadas en cráneos de dinosaurios ornitisquios argentinos. El trabajo liderado por Marcos Becerra, investigador del Consejo en el Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra, Conicet-UNC) fue publicado en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology.

Manidens condorensis es uno de los dinosaurios ornitisquios más completos del Jurásico Temprano sudamericano y es el único heterodontosáurido con un cráneo casi completo, aparte de Heterodontosaurus (una especie de Sudáfrica que pertenece a la misma familia).

La especie fue descrita en 2011 a partir de fósiles recuperados en la Formación Cañadón Asfalto (provincia del Chubut) por Diego Pol, investigador del Conicet en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF) y coautor del artículo publicado en Journal of Vertebrate Paleontology.

“Los heterodontosáuridos son un linaje de pequeños dinosaurios bípedos, cuyos grandes colmillos recuerdan más a los cánidos y a otros mamíferos que a los dinosaurios. Estos dinosaurios tienen un registro fósil extenso en el tiempo (Jurásico Temprano – Cretácico Temprano), pero escaso y fragmentario en cuanto a la calidad del material.

Aparecen como un linaje altamente especializado para la época, por lo que su parentesco con otros grupos de dinosaurios ornitisquios es actualmente controversial. Información novedosa, como la de este trabajo, tiene un gran impacto en nuestro entendimiento sobre la historia evolutiva temprana de los dinosaurios ornitisquios”, explica Becerra.

Dado el pequeño tamaño y la fragilidad de los fósiles de Manidens, no era posible aislar mecánicamente muchos de sus huesos, por lo que debieron digitalizarlos para su estudio. “El uso de tomografías computadas sirve para obtener imágenes en forma de secciones o ‘cortes’ de cualquier objeto en estudio. Las partes más densas absorben más radiación y se ven más claras, lo que permite diferenciar distintos componentes del objeto (en este caso, restos fósiles) sin dañarlo. En Alemania aplicamos una técnica de micro-tomografías que nos permitió obtener cientos de imágenes en forma de cortes o secciones. Luego, con un software pudimos seleccionar y separar cada uno de los huesos que estaban en articulación o solapados, modelarlos digitalmente y reconstruir el cráneo en tres dimensiones. Allí nos dimos cuenta de que teníamos más del 80% del cráneo de esta especie”, detalla el investigador.

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Foto de portada: reconstrucción del cráneo y apariencia de Manidens condorensis. Créditos: Ilustración por Marcos G. Becerra. Foto: gentileza investigador.