“Comprender cómo vivían las sociedades en el pasado es relevante para nuestro presente”
“Comprender cómo vivían las sociedades en el pasado es relevante para nuestro presente”
La investigadora de la UNC Mariana Mondini es la primera presidenta latinoamericana del Consejo Internacional de Zooarqueología. En diálogo con UNCiencia, realza el valor de la educación y la ciencia públicas y explica algunos de los resultados de sus investigaciones en el Laboratorio de Zooarqueología y Tafonomía de Zonas Áridas del Idacor-Museo de Antropologías (FFyH). (21.09.2023)
Mariana Mondini egresó de la Universidad de Buenos Aires en 1995, pero en 2005 se radicó en Córdoba. Desde 2006, junto Sebastián Muñoz, la doctora en Ciencias Antropológicas investigadora del Conicet fundó el Laboratorio de Zooarqueología y Tafonomía de Zonas Áridas (LaZTA), que trabaja hasta la actualidad en investigación, formación de recursos humanos y divulgación.
Tras ser elegida por la comunidad científica que integra el Consejo Internacional de Zooarqueología, asumió en agosto la presidencia de esta sociedad académica y fue la primera mujer latinoamericana en hacerlo.
La zooarqueología estudia las relaciones entre los humanos y otros animales en el pasado y a lo largo del tiempo. Como toda la arqueología, lo hace a partir de los restos materiales que forman parte del registro arqueológico (huesos, plumas, excrementos o artefactos hechos con materia prima animal, como puntas de proyectil óseas y prendas de piel) y de su contexto (por ejemplo, el estrato donde se los encuentra, su edad, características o el tipo de depósito). Se apoya también en evidencias indirectas (como pinturas rupestres con motivos faunísticos o marcas de dientes de depredadores en restos de sus presas).
-¿Qué importancia tiene el cargo que acaba de asumir?
–Mi participación en el Icaz (International Council for Archaeozoology) ha sido un largo recorrido, de más de 20 años. En 2022 nos propusieron junto a colegas postularnos a la presidencia, para la que fui elegida por la mayoría de los miembros votantes, junto a Hitomi Hongo, de Japón, como vicepresidenta. Es la primera vez que dos personas que no son de Europa o de EE.UU asumen la gestión de la institución, y esto habla de la creciente internacionalización del Icaz y de su larga tradición en la paridad de géneros. Es muy alentador saber que mis propios colegas votaron por mi candidatura. Eso implica un fuerte compromiso. Una gestión situada en el sur global, en Latinoamérica y en Argentina en particular puede ofrecer perspectivas novedosas para los miembros de otras regiones y enriquecer la institución en términos de la variedad de situaciones que se manejan.
-¿Qué rol tienen la UNC y el Conicet en la investigación y en la proyección internacional de esta disciplina?
-Mi designación como presidenta del Icaz es un logro no sólo personal, sino también de la arqueología argentina, que siempre tuvo una fuerte representación en esta organización internacional. La arqueología en general y la zooarqueología en particular tienen una gran tradición en nuestro país y nuestra comunidad de investigación es muy respetada en otras regiones. El trabajo en las universidades nacionales y en el Conicet en este campo es reconocido en el ámbito internacional, y es ese contexto lo que hizo posible llegar hasta aquí. La educación y la ciencia públicas y soberanas son de una valía irreemplazable, en tanto nos permiten acceder a conocimientos no mercantilizados que de otro modo no serían generados. Lo mismo puede decirse de la investigación básica, de la cual dependen la investigación aplicada y la tecnología. Quiero destacar también el rol de las ciencias sociales y de las humanidades, de las que la arqueología es sólo una instancia. Sin el aporte de estas disciplinas, tan básico que muchas veces lo damos por sentado al punto de invisibilizarlo, no puede pensarse el desarrollo científico de un país, la resolución informada de sus problemas y la planificación de su desarrollo soberano en general.
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