La UNC patentó un sistema de ortodoncia que reduce el tratamiento hasta en un 40%
La UNC patentó un sistema de ortodoncia que reduce el tratamiento hasta en un 40%
Con el objetivo de lograr un sistema de ortodoncia más eficiente y con menor tiempo de tratamiento, un equipo multidisciplinario compuesto por odontólogos y físicos de la UNC, diseñaron un sistema para lograr movilizar un bloque de piezas dentarias en pocas semanas.
Este sistema se compone de un microimplante ortodóncico, una especie de microtornillo autorroscante, que va en el hueso. Esto permite que la mecánica del deslizamiento se realice a partir de un anclaje en el hueso, y no en un diente, como se hace con los métodos tradicionales. Una vez que está implantado el microtornillo, el paciente será quien ajuste día a día el sistema, para lograr el movimiento de los dientes. Con este sistema, el desplazamiento se logra en diez a trece días, lo que con con técnicas ortodóncicas tradicionales puede llevar entre 4 y 6 meses. Baiocco, uno de los investigadores, señala: “De esta manera, el tratamiento total de ortodoncia se reduce a un año o un año y medio.”
El equipo que registró esta patente está conformado por el Dr. Javier Baiocco, odontólogo y docente de la Cátedra de Ortodoncia de la Facultad de Odontología, el Dr. Alfredo Bass Pluer, profesor emérito de la Facultad de Odontología y la Dra. Lucía Arena, física e investigadora de la Facultad de Matemáticas, Astronomía y Física (FAMAF).
Si bien el dispositivo está diseñado para casos de maloclusión tipo II, es decir, cuando los dientes superiores están más adelantados que los dientes de abajo, se podría adaptar para otros casos.
Baiocco trabajó esta idea en su tesis doctoral, bajo la dirección de Bass. Luego, en la fase de laboratorio, contaron con la colaboración del equipo de Tecnoinnovaciones de Biofísica, dirigido por Lucía Arena. Finalmente, pasaron a la fase clínica, en la que el dispositivo fue aplicado a varios pacientes con éxito. Bass señala que hubiera sido imposible lograr este avance, sin el aporte de otras disciplinas: “Nos ayudó a mirarlo de distinta forma a la que estamos acostumbrados.”
Por su parte, Arena destacó además que este dispositivo ha sido desarrollado con muy pocos recursos, sin subsidios, pero con los recursos humanos y tecnológicos con los que cuenta la universidad: “Es casi imposible desarrollar todo esto de forma aislada, sin aunar todos estos esfuerzos.” Bass agregó que lograr acortar los plazos de un tratamiento de ortodoncia, sin producir daño en las piezas dentarias, abre un mundo de nuevas posibilidades: “Una nueva filosofía de trabajo”.
Sobre la patente
Tener una patente exclusiva es un gran logro para la Universidad. Patentar una invención permite a los titulares (en este caso, la UNC) tener control sobre el uso comercial de la invención. El objetivo ahora es encontrar personas o empresas interesadas en la tecnología.
El equipo destacó que a pesar de que los procesos de solicitud de patentamiento son muy largos y complejos, el apoyo de la Oficina de Propiedad Intelectual (SeCyT) de la UNC fue muy importante para lograrlo.
El dispositivo se denomina distractor dental con anclaje esqueletal y se enmarca en el campo de la ortodoncia osteogénica.
El dispositivo se coloca después de la extracción de una pieza dentaria, que se realiza para la corrección de una mordida o para generar espacio. En el mismo momento que se hace la extracción, se hace una corticotomía (un corte en la porción cortical del hueso) de la tabla ósea distal del diente que se va a movilizar. Inmediatamente al tornillo se lo empieza a activar; la activación se inicia en el mismo momento de la cirugía, pero en los siguientes días, la hará el paciente. Esto va generando un desplazamiento en bloque del elemento que se desea movilizar. El desplazamiento puede llevar entre diez a trece días.
Además de acortar los tiempos, la innovación del sistema es que no es necesario anclarse en una pieza dentaria, sino que la fuerza se apoya en el hueso.